martes, 29 de abril de 2008
29 de abril de 2003 - INUNDACIÓN DE SANTA FE - 29 de abril de 2008 - NO OLVIDAMOS A LOS INUNDADORES - NO OLVIDAMOS LA SOLIDARIDAD RECIBIDA
“En Santa Fe las aguas cubren / sueños de niños desolados / y ahogan con furia incontenible / las penas de los evacuados. Un ángel se desploma en llanto / cuando descubre el desvarío / del ala oscura del Salado / que tapa todo lo querido”
(Victor Heredia, verso agregado a la canción "Cita con ángeles", de Silvio Rodriguez. Pertenece al CD solidario "Canciones con Santa Fe").
Foto: Hospital de Niños de Santa Fe (Fuente: http://www.notife.com)
El 29 de abril de 2003, entró el Río Salado a la ciudad de Santa Fe. Las comunicaciones estaban cortadas, y las noticias por radio, hablaban de que Recreo se encontraba bajo agua.
Tengo mil historias de ese día, y de los que vinieron, donde actué de voluntario en el centro de evacuados de la UTN. Cada santafecino tiene historias de esos fatídicos días. Cada santafecino tiene imágenes y voces grabadas en la memoria.
Hace unos años, en un congreso de turismo que se hiciera en Rosario (congreso que fue antecedente de lo que hoy es Turiciencia), un estudiante propuso realizar un "Museo de la Inundación", pero mientras los Inundadores estuvieran en el gobierno, nada que recuerde esos días y a los responsables de tanto dolor, iba a poder realizarse. A este estudiante le dije ´(con los ojos llenos de lágrimas), después de su exposición, que deseaba de todo corazón que ese museo se pueda instalar, y que esperaba que en él estuvieran expuestas, por lo menos dos cosas: mi carné -que todavía guardaba en mi billetera- de "Voluntario" (uno de miles que participamos para que la ciudad no colapsara), y las sentencias condenatorias para cada uno de los Inundadores.
Cada santafecino tiene historias de esos días, recorridas, donaciones, evacuados, gente que buscaba gente, con la desesperación de no encontrarlos, y el llanto. Los ex-combatientes -siempre presentes- que nos daban de comer.
No podíamos depender de nuestros gobernantes, los mismos que nos habían inundado, tuvieran alguna idea. ¿Qué hubiera sido de la ciudad de Santa Fe, sin la inmensa solidaridad de todo el país y sin la inmensa solidaridad de todos los voluntarios que participaron, sin saber bien qué hacer, pero sabiendo que había que hacer algo?.
Miles de historias. Heridas que no se cierran, porque la justicia no llega.
Creo que la ciudad de Santa Fe (me refiero a la ciudad como tal, no a las personas), nunca agradeció en una mínima proporción la solidaridad que recibió de todas las provincias y de muchos países hermanos. Tal vez vaya siendo hora de decirles con voz muy alta, y el corazón embargado de emoción: "Gracias. Infinitas gracias, por tanto que nos dieron". Nombrándolas de a una:
"Ciudad de Buenos Aires... PRESENTE!!!",
"Provincia de Buenos Aires.....PRESENTE!!!",
"Entre Ríos.....PRESENTE!!!",
"Corrientes.....PRESENTE!!!",
"Misiones.....PRESENTE!!!",
"Formosa.....PRESENTE!!!",
"Chaco.....PRESENTE!!!",
"Jujuy.....PRESENTE!!!",
"Salta.....PRESENTE!!!",
"Tucumán.....PRESENTE!!!",
"Santiago del Estero.....PRESENTE!!!",
"Córdoba.....PRESENTE!!!",
"Catamarca.....PRESENTE!!!",
"San Juan.....PRESENTE!!!",
"Mendoza.....PRESENTE!!!",
"San Luis.....PRESENTE!!!",
"Neuquén.....PRESENTE!!!",
"La Pampa.....PRESENTE!!!",
"Chubut.....PRESENTE!!!",
"Santa Cruz.....PRESENTE!!!",
"Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántitco Sur.....PRESENTE!!!"
A todos ustedes, Gracias. Infinitas gracias. Por todo lo que nos dieron.
Por esa época, circuló un inspirado poema que escribió un colega (abogado) de Santa Fe. Acá lo comparto con ustedes.
A todos, los saludo, en un día muy especial.
Francisco.-
EMPEZAR DE NUEVO...
Yo le tenía miedo a la oscuridad,
Hasta que las noches se hicieron largas y sin luz.
Yo no resistía el frío fácilmente,
Hasta que aprendí a subsistir en ese estado.
Yo le tenía miedo a los muertos,
Hasta que tuve que dormir en el cementerio.
Más aún, yo le tenía miedo al espanto,
Hasta que tuve que dormir en el crematorio.
Yo sentía rechazo por los rosarinos y por los porteños,
Hasta que me dieron abrigo y alimento.
Yo sentía rechazo por los judíos,
Hasta que le dieron medicamentos a mis hijos.
Yo lucía vanidoso mi pullover nuevo,
Hasta que se lo di a un niño con hipotermia.
Yo elegía cuidadosamente mi comida,
Hasta que tuve hambre.
Yo desconfiaba de la tez cobriza,
Hasta que un brazo fuerte me sacó del agua.
Yo creía haber visto muchas cosas,
Hasta que vi a mi pueblo deambulando sin rumbo por las calles.
Yo no quería al perro de mi vecino,
Hasta que aquella noche lo sentí llorar hasta ahogarse.
Yo no me acordaba de los ancianos,
Hasta que tuve que participar en los rescates.
Yo no sabía cocinar,
Hasta que tuve frente a mí una olla con arroz y niños con hambre.
Yo creía que mi casa era más importante que las otras,
Hasta que todas quedaron cubiertas por las aguas.
Yo estaba orgulloso de mi nombre y apellido,
Hasta que todos nos transformamos en seres anónimos.
Yo casi no escuchaba radio,
Hasta que fue la que mantuvo viva mi energía.
Yo criticaba a los bulliciosos estudiantes,
Hasta que de a cientos me tendieron sus manos solidarias.
Yo estaba bastante seguro de cómo serían mis próximos años,
Pero ahora ya no tanto.
Yo vivía en una comunidad con una clase política,
Pero ahora espero que se la haya llevado la corriente.
Yo no recordaba el nombre de todas las provincias,
Pero ahora las tengo a todas en mi corazón.
Yo no tenía buena memoria,
Tal vez por eso ahora no recuerde a todos,
Pero tendré igual lo que me queda de vida para agradecer a todos.
Yo no te conocía,
Ahora eres mi hermano.
Teníamos un río,
Ahora somos parte de él.
Es la mañana.
Ya salió el sol y no hace tanto frío.
Gracias a Díos.
Vamos a empezar de nuevo.
Carlos Guillermo Garibay
Santa Fe, Mayo 2, 2003.
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